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viernes, 29 de junio de 2012

Convivir con la Esquizofrenia


La esquizofrenia viene acompañada de un sinfín de problemas prácticos. Hay otras enfermedades crónicas, como poliomielitis, los trastornos renales y el cáncer, que agotan a las familias emocional, física, y a veces, económicamente. Sin embargo, cuando la enfermedad afecta al cerebro de la persona, los cuidados necesarios alcanzan dimensiones mayores. Se haga lo que se haga y, a pesar de la eficacia de lo que se intenta, siempre queda el sentimiento de que no ha sido suficiente. Una de las principales razones por las que la esquizofrenia están problemática es  triba en el hecho de que muchas personas no entienden la enfermedad.



Una actitud  adecuada:
Mantener una actitud adecuada es tal vez lo más importante para el propio individuo o para la familia que debe convivir con la esquizofrenia. Llega de forma natural cuando se superan la culpa y la vergüenza, estos son dos aspectos que están latentes en muchas familias; les impiden salir adelante, deterioran las relaciones entre sus miembros y  amenazan su bienestar.

Estos sentimientos son completamente irracionales. No existe prueba alguna de que la forma en que la gente ha sido tratada en la infancia o en la edad adulta pueda ser causa de esquizofrenia. Es una enfermedad biológica cerebral que no tiene relación con experiencias personales de la vida del individuo. Las personas no provocan esquizofrenia, Simplemente se acusan unas a otras de ser las causantes. A menudo culpar a otro de la enfermedad magnifica la tragedia de la esquizofrenia. En realidad, es una enfermedad del cerebro y una desgracia personal y familiar de proporciones habitualmente soportables. Pero cuando los familiares añaden la culpa a esa carga, la enfermedad extiende sus raíces bajo la estructura familiar y se convierte en una calamidad de dimensiones ilimitadas. Hay que ver el dolor que causa la culpa en tales circunstancias.   
                                                       
 El reverso de la culpa es la vergüenza. Si la familia, de un modo, cree que ha causado la esquizofrenia del familiar, inevitablemente intentará esconder al miembro afectado, negar la enfermedad ante los vecinos y, si no, se desentenderán del enfermo de múltiples maneras. Las personas esquizofrénicas lo notan y se sienten más aisladas que nunca. La educación puede resolver el problema de la culpa y la vergüenza, esto es, cuando los parientes empiezan a entender que no han causado la enfermedad, la culpa y la vergüenza que sienten se reduce y mejora la vida del esquizofrénico. Además, cuando la cuestión de la culpa y la vergüenza, es mucho más fácil con vivir con la esquizofrenia.

Cuando se deja de lado la culpa y la vergüenza, la actitud correcta aparece de forma natural. En ella hay tres elementos y también se la puede llamar actitud de bien: Equilibrio familiar. Un aspecto importante en la actitud correcta para convivir con la esquizofrenia es sopesar las necesidades del pariente esquizofrénico. Habitualmente, las familias que lo sacrifican todo de forma desinteresada, y lo hacen porque sesienten irracionalmente culpables de haber provocado la enfermedad. Por ello es importante considerar las necesidades del cuidador, examinarlas de forma tranquila y racional, reconociendo que el familiar esquizofrénico no siempre debe estar en primer lugar. Puede ser necesario, por ejemplo, hospitalizarlo de nuevo en algunas ocasiones por necesidades de la familia y no por las suyas propias.

Aceptar la enfermedad:

Aceptar no significa rendirse, sino reconocer que la enfermedad esr eal, que no es probable que desaparezca así como así y que va a imponer una serie de limitaciones en las capacidades de la persona. Es aceptar las cosas como son y no como quisiéramos que fuesen. Cuando llega a la aceptación, la persona se siente liberada de una pesada carga. Cuando se acepta la enfermedad, todo se vuelve más fácil, tanto para el paciente como para la familia.

Expectativas realistas. Modificar las expectativas sobre elfuturo de una persona es difícil de conseguir; pero es importante intentarlo ya que, a menudo, es una consecuencia directa de la aceptación de la enfermedad. Las familias tienden a cobijar la esperanza de que algún día el familiar esquizofrénico vuelva a ser como antes. Muchas de estas esperanzas son demasiado altas y el enfermo sabe que se le pide más de lo que puede dar. Por supuesto, esto no quiere decir que la familia. No deba tener ninguna expectativa, pero estas deben ser realistas y estar en consonancia con las capacidades de la persona. El efecto de rebajar las expectativas supone ser capaz de disfrutar y compartir cosas con la persona enferma por primera vez en muchos, estudiar de nuevo, compartir paseos familiares, hacer nuevas amistades, entre otros. Es necesario que el esquizofrénico y su familia sean capaces de alegrarse por estos logros.

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